Guillermina tiene flequillo que se le mete en los ojos, nombre de zapato y un boleto capicua en el bolsillo. Guillermina sabe contar cuentos en voz de hormiga y torcer la lengua. El año que viene, cuando tenga seis, va a aprender a guiñar el ojo.
Va de la mano por las calles leyendo los carteles de las fruterias y recolectando objetos que no flotan para meterlos en la pecera de su casa. Es la encargada de que sus peces no pierdan la ilusion de creer que siguen descubriendo tesoros bajo su diminuto mar.
Guillermina se queda dormida abajo de las mesas de los restaurantes desde donde observa tacos y mocacines hablando de guerras y cotizaciones.
Guillermina se angustia desde que descubrió que su sombra la abandona todos los dias al mediodía. Solo por eso acepta dormir la siesta, el arenero no tiene la misma gracia sin la compañía de su sombra. Guillermina no tiene hermanos pero tiene un abuelo que come helado y le da comer a las gaviotas en el aire.
maría
viernes, 31 de julio de 2009
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