maría
jueves, 16 de julio de 2009
ruta
Redujo la velocidad y tiró el auto a la banquina. Con las manos todavia en el volante apoyo su frente sobre ellas y sin abrir los ojos se dijo "que carajo estoy haciendo". Soltó el volante con rechazo apagó el auto y con ello calló la música. Se recosto en el asiento y con una mano se cubrió la cara. Suspiró con fuerza, tratando de que el aire pudiera sortear el nudo que se le habia hecho la garganta. Abrió una de las puertas y sin mirar hacia ningun lado, se alejo del auto por la misma ruta y en direccion al sol. A los costados, desiertos de girasoles ya amarronados y cabizbajos esperando ser cosechados. Camino unos pocos minutos sobre el enmudecido asfalto con el viento en la cara y volvió al auto. Se apoyó sobre el capot todavia caliente y se prendio un cigarrillo. Un mar de pajaros negros voló sobre su cabeza y ella sonrio. Observo el papel de cigarrillo quemandose y la ceniza equilibrista resistiendo la caida. Una última pitada y volvio a su bitaca. Acomodó el espejo que la miró a los ojos, dió vuelta la llave y arrancó.
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